“¿Por qué me voy? Lejos de tí me espera lo que no supiste darme, ni flores ni hierba, sino un ser excepcional junto al que asentar los fundamentos principales de mi vida. Algo tuyo, porque te guardo aprecio sin caer en el fervor localista, deseé llevarme en los ojos. Una última imagen que me acompañase en las meditaciones del camino.”
Recordando este párrafo de Autorretrato sin mí del gran Fernando Aramburu, dedico estas palabras a todos quienes viajamos, con motivos o sin ellos, porque cuando emprendemos un viaje dejamos en suspense nuestro presente rutinario, ajetreado, abrumador o, a veces, anodino.
Vamos en busca de dopamina, adrenalina y de nuevas experiencias que, por lo menos a mí, nunca me han dejado indiferente. Da igual si se trata de un viaje de negocios, de uno de placer o de una visita perfectamente planificada para reencontrarme con los míos. Cada viaje tiene un destino y no es, precisamente, el lugar donde aterrizamos o desembarcamos. El destino es el cambio, la cinética y ese nuevo punto donde ya no seremos los mismos que ayer.
Viajo continuamente, lo hago por necesidad perentoria porque estoy convencida de que las bodegas de vino en España necesitan seguros a la medida de sus necesidades únicas. Esto se debe a que el sabor del éxito de una botella se paladea con consciencia y la protección del arte que la concibe también. Y así, además de beberla, recorro la geografía vinícola de España.
También viajo porque a lo largo de mi vida he dejado trocitos de mí en tantos lugares donde he vivido y en tantas ciudades donde se han quedado o se han trasladado mis seres queridos. Personas irrenunciables e irreemplazables que me han enseñado tanto de la vida como de la resiliencia, la fuerza y la tenacidad.
Hoy hablo de mi experiencia vital porque cada vez que viajo, pienso en la tranquilidad de estar protegida y, por defecto profesional, en la de las personas a quienes ayudo y asesoro para la planificación financiera y de riesgos personales y profesionales.
La semana pasada se celebró el Día Mundial de la Cobertura Sanitaria Universal, y subí un testimonio de una cliente a mis redes sociales. Lo hice porque considero importante concienciar a todas aquellas personas que viajan sobre la necesidad de protegerse, anticipar y viajar para crecer, disfrutar, aprender, etc. Siempre con la coherencia de vida que nos permita volver reformados y no quebrados o endeudados.
En la Unión Europa tenemos la ventaja de viajar con nuestra tarjeta sanitaria europea y acceder a los servicios hospitalarios en la zona Schengen, Suiza y Reino Unido (¡a pesar del Brexit!), en caso de enfermedad o accidente; sin embargo, cuando viajamos a países fuera de la órbita comunitaria, nos alejamos de estos “privilegios”, que deberían ser universales pero que, lastimosamente, no lo son.
Un ejemplo real y habitual es lo que representa un viaje a los Estados Unidos, una de las economías más boyantes del mundo. El país de las oportunidades, del sueño americano y la incubadora de grandes compañías que mueven el mundo a día de hoy: Google,
Facebook, Apple, Amazon, Tesla… y sin embargo, el país donde no te conviene enfermarte sin tener contratado un seguro privado.
El país donde un parto supera los 30.000€; un ingreso hospitalario con noche puede superar los 18.000€ y un viaje sin seguro se podría convertir en una pesadilla para tus finanzas.
Por este motivo, cuando esta semana le preparé un seguro de viaje a mi cliente que estará tres meses en California, pensé en dedicar estas líneas a quien esté fermentando ese viaje para finalizar el año o para el 2024.
¿Sabes qué cubre un seguro de viaje?
- Transporte o repatriación sanitaria de heridos y enfermos
- Reembolso de gastos en caso de cancelación del viaje
- Prolongación de estancia en hotel
- Búsqueda y transporte de equipajes y efectos personales
- Accidentes
- Regresos anticipados por fallecimiento de un familiar
- Gastos médicos, quirúrgicos y farmacéuticos. Hospitalizaciones
- Gastos odontológicos de urgencia en el extranjero
- Responsabilidad civil
Cuando se cuenta con un seguro de salud privado con cobertura médica de asistencia completa, sin copagos o de reembolso, se cubre la parte médica, hasta ciertos capitales, en la mayoría de países del mundo. Sin embargo, cuando la fatalidad nos mira de frente, estos capitales podrían no ser suficientes para cubrir los gastos generados por un accidente o enfermedad en el extranjero.
Con nuestro seguro de asistencia en viaje contamos con coberturas médicas de hasta 1.000.000€ a nivel mundial, repatriación por enfermedad o fallecimiento, seguros con capitales modulares para equipajes, responsabilidad civil, prolongación de estancias por prescripción médica y otras coberturas.
Así que, réquiem por el tiempo que hemos vivido y disfrutado. Y a mitad de mes, para finalizar este 2023, ¡chinchín por la libertad y las posibilidades que tenemos de seguir viajando, descubriendo y descubriéndonos cada vez que emprendemos un viaje hacia el mañana!